MRC Claudia Lorena Aza

​​​​​​​​​​​​​​​​​

​​Histotias de éxito​​​
​​

Resaltamos la labor de las conciliadroas en equidad por su vocación de servicio​​​​



imagen  

“Ser conciliadora es una gran oportunidad para ayudar a construir esa paz que tanto anhelamos”

Claudia Lorena Aza Aldana es una conciliadora en equidad en San Miguel, Putumayo. Es una mujer que trabaja por su comunidad porque cree en el valor de construir paz y la conciliación se ha convertido en un medio para lograr este objetivo. En un territorio atravesado por el conflicto la presencia de personas que sirvan como mediadoras ha sido necesaria para dar solución a situaciones que, sin el diálogo, podrían llevar a medios de resolución negativos o a que los conflictos se queden sin resolver. 

Las conciliadoras como Claudia son mujeres que, voluntariamente, escuchan a su comunidad y propician espacios de dialogo para la resolución de conflictos rurales como problemas con los linderos, con los cercos o con el paso del ganado. Su motivación como lideresa es brindar a cada vez más personas la posibilidad de acceder a la conciliación, ya que la presencia institucional en el territorio es insuficiente para abarcar los problemas que surgen día a día. 

En el caso de Claudia, la comunidad ha reconocido la importancia y la eficiencia de los conciliadores, ellos se han ganado el respeto y la confianza de los habitantes, quienes suelen acudir en su ayuda porque han visto que la conciliación es un proceso que funciona y que además es corto y ágil. “Cuando eres un gran líder las personas apuestan por que los apoyes”. Para Claudia, las mujeres han demostrado tener gran potencial para el liderazgo y la conciliación, especialmente en su territorio han sido quienes se han enfrentado al conflicto desde el dialogo. 

Sin embargo, la conciliación requiere de fortaleza, paciencia y voluntad. Para Claudia lo más difícil es lograr que los implicados en el conflicto reconozcan al otro como un igual y que sepan que su problema puede resolverse por medio del diálogo y la escucha. Cuando se logra que ambas partes se comprometan a conciliar, cuando se reconstruye un lazo que se rompió por situaciones que se pueden resolver, en ese momento, sucede lo más bonito de la conciliación para Claudia. 

“Este es un proceso voluntario, lo hacemos de corazón. Le apostamos porque creemos que debe haber un cambio y que podemos aportar a ese cambio”. ​​