“Es mejor un mal acuerdo que un buen pleito”
María Teresa Londoño es conciliadora en equidad en Medellín, Antioquia. Durante veinte y cinco años se ha dedicado a trabajar por su comunidad y desde hace quince años ha desempeñado el papel de conciliadora. Su motivación para seguir apostándole al diálogo ha sido la necesidad de frenar la continua aparición de conflictos: “son cosas de no acabar mientras la gente no tenga paciencia, tolerancia y diálogo”. Como conciliadora, se dedica a mediar problemas como el pago de los cánones de arrendamiento, las peleas de propiedad horizontal, los daños por humedades, la regulación de cuotas alimentarias, las deudas, entre otros.
Después de tantos años trabajando por la conciliación, María Teresa considera que esta es una figura muy importante en los territorios. Además de ser una instancia gratuita, la conciliación le permite a los involucrados negociar y previene que el conflicto llegue a instancias superiores. Pero para que funcione es necesario que las partes aprendan a ceder por medio de la escucha atenta. Para María Teresa lo más difícil de la conciliación ha sido encontrarse con personas que no se abren al diálogo ni aceptan soluciones alternativas, de manera que no es posible llegar a un acuerdo.
Ante estas dificultades las mujeres cumplen un papel fundamental. Las personas involucradas suelen sentirse más cómodas ante la intervención de una conciliadora y, para María Teresa, la serenidad que caracteriza a las mujeres les permite tratar los asuntos de una forma sutil y amorosa que lleva la resolución a buen término. Finalmente, cuando se logra escuchar al otro y concertar sucede lo más bonito de la conciliación: la gente sale contenta de las audiencias, se da la mano y a veces se abraza. Es por eso que María Teresa considera que una de las grandes enseñanzas de la conciliación es que “es mejor un mal acuerdo que un buen pleito”, pues se trata de hacer un llamado a la paz y aprender a ceder antes que recurrir a la violencia.