“Las mujeres somos el poder, somos las matronas”
Leticia Estacio Riascos es una mujer, una madre de dos niñas y una lideresa que lleva dieciséis años trabajando por su comunidad en Tumaco, Nariño. Hace doce años, cuando era vicepresidente de la junta de acción comunal de su barrio, se topó con la conciliación, y desde entonces ha trabajado por su comunidad por medio de la resolución de conflictos. Para Leticia, la conciliación va de la mano de su ancestralidad negra, pues ambas se fundamentan en el diálogo y el respeto: “la conciliación es un salvavidas, se salva la convivencia pacífica”.
Como conciliadora en equidad, Leticia aporta a un territorio en el que se presentan conflictos como la convivencia entre vecinos, los problemas de humedad, el cierre de caminos comunitarios, los problemas de familia, el taponamiento de vías alternas y principales que afectan el servicio del agua, entre otros. Además de la conciliación, Leticia ha recibido capacitaciones en rutas de atención a la violencia de género y hoy trabaja de la mano de la comisaria de familia en estos temas. A través de la formación continua, esta lideresa ve mayores oportunidades para fortalecerse como conciliadora y ayudar a su comunidad.
En 2015 recibió el galardón Jaime Giraldo Ángel como conciliadora ejemplar, mientras que su compañera Ligia Mireya Ospina, también conciliadora de Tumaco, se llevó el galardón por justicia restaurativa. Este es el reconocimiento de una ardua labor comunitaria que implica un compromiso diario con la comunidad. Para Leticia la conciliación se ha vuelto un espacio indispensable al que gran parte de la comunidad acude, desde habitantes de veredas y municipios como habitantes de otros departamentos. Es por eso que, considera, necesitan más conciliadores capacitados.
Leticia dedica gran parte de su tiempo a la conciliación porque reconoce la importancia de escuchar a cada persona que va en busca de una solución y la reconforta saber que ha ayudado a resolver diversas dificultades en su comunidad. Es por eso no solo atiende desde Casa Justicia, oficina dedicada a la conciliación en Tumaco, sino que visita las casas del área urbana y las veredas para que los habitantes del área rural tengan acceso a la resolución de conflictos.
Esta lideresa invita a las mujeres a que se animen a formar parte de la conciliación, pues considera que es un proceso gratificante que “nos hace crecer y madurar”. Para ella, las mujeres son sinónimo de poder, de fuerza y diálogo. “Tenemos esa fuerza interna para sentar a otras personas y dialogar”, y en ese proceso se aprende sobre el respeto, la escucha y la importancia de ceder para encontrar soluciones al conflicto.